Hoy se cumplen 34 años del accidente nuclear más grande de la historia. 34 años en los que parece que el ser humano no ha aprendido nada. Y es que después de tanto tiempo seguimos tan vulnerables a ideologías e indefensos ante las mentiras, que repetimos asiduamente modelos de entonces.
La serie de HBO nos muestra perfectamente una cruel metáfora de la vida; Y es que seguimos contemplando el calentamiento global como aquellos vecinos de CHERNOBYL que, en la noche de aquel 26 abril, observaban el cielo de Prypiat sin saber que los destellos de colores los estaban matando poco a poco.
La Zona de Exclusión que rodea la malograda central, sigue impasible ante el paso del tiempo y observa atentamente la extrema ignorancia del ser humano. Y es que nosotros la creamos, más tarde la destruimos y ahora no la dejamos morir tranquila… (Borja Abargues / VP)