Los olvidados de Europa

Es lunes, la nieve cae a plomo y el termómetro marca -3ºC. Desde la ventana del barracón se observan las montañas nevadas por las que decenas de personas intentan, cada día, cruzar a Europa a través de los Balcanes. El paso a través de las montañas no es fácil, menos aún en invierno, pero la geografía no es el mayor de los problemas para la gente en movimiento. Desde hace varios años la UE invierte dinero, recursos y tecnología en convertir la entrada a Croacia en casi un imposible. Cámaras de calor, detectores de movimiento y unos 6.300 policías fronterizos recorren el perímetro interceptando a toda persona que intente pasar a Europa.

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