“Llevamos a las últimas personas hacia el buque y estarán todos a salvo. Solicitamos permiso para desembarcar y continuar con las labores…”. Estas fueron las…
View More PATERA VACÍA16:9 Palestina
Entre los años 2008 y 2012 el fotógrafo Josef Koudelka realizó una serie de fotografías en formato panorámico a lo largo del muro que separa…
View More 16:9 PalestinaEL FUTURO GRIS DE SHATILA
La aventura de labrarse un futuro con un presente repleto de dudas, necesidades y falsas esperanzas. El difícil papel de los jóvenes refugiados en Shatila.
Se estima que unos veintiocho mil refugiados sirios y palestinos viven hacinados bajo el cielo de Shatila (Beirut, Líbano). Construido a mitad del siglo XX para el amparo de los palestinos que huían del recién creado estado de Israel, todavía hoy sigue acogiendo víctimas de los conflictos de Siria y Palestina.
Sometidos a unas condiciones educativas muy deficientes, con un absentismo escolar que roza el 70% y un equipo docente precario, los jóvenes refugiados de entre 11 y 18 años, viven en un limbo, esperando a poder labrarse un futuro, que cada vez se les presenta mucho más incierto.
Con la constante esperanza de una vida mejor, algunos de estos adolescentes dan sus primeros pasos en el mundo laboral en su negocio familiar. Es el caso de Mustafa Teyson (refugiado sirio de 13 años que perdió a tres de sus hermanos en la guerra y llegó a Shatila acompañado de sus padres), que ayuda a su familia en la tienda de telares que regentan. Otros no disponen de esa oportunidad y acaban viviendo de la mendicidad o perteneciendo a alguna banda de jóvenes rebeldes.
View More EL FUTURO GRIS DE SHATILALA OTRA PANDEMIA
La soledad y el abandono de las personas más mayores se está convirtiendo en un mal endémico de graves consecuencias en de la sociedad española.
Después de más de un año de pandemia mundial, se ha confirmado que la crisis de la COVID-19 no ha afectado a todas las personas de igual manera. Los ancianos se han convertido en un grupo especialmente vulnerable ante la enfermedad y ante todas las consecuencias derivadas de ella. Ante este grupo de personas, la enfermedad presenta su peor pronóstico, por su comorbilidad, los síndromes geriátricos y la fragilidad asociada al envejecimiento, habiendo sido definida la pandemia como una emergencia geriátrica.
View More LA OTRA PANDEMIASOMOS
“SOMOS” eres tú, yo, él, ella… SOMOS nosotros, vistos en el reflejo del implacable espejo del tiempo que está por venir». Cada rostro, cada óvalo…
View More SOMOSWILAYA
En el corazón del desierto argelino, entre la nada y la memoria, resiste uno de los pueblos más olvidados del planeta. Desde hace casi medio…
View More WILAYALOS PESCADORES DE ADA-FOAH
“Mi hijo es joven y, perfectamente, puede trabajar con nosotros por la noche y al día siguiente acudir al colegio. En nuestra familia siempre nos…
View More LOS PESCADORES DE ADA-FOAHMARRUECOS: LA LINEA
Marruecos vive constantemente sobre una línea imaginaria…
Desde que comenzó el reinado de Mohamed VI en 1999, el país no ha registrado ni un solo ejercicio con tasas negativas de crecimiento. Ni la crisis internacional de 008-2009 ni la Primavera Árabe han logrado frenar su dinamismo económico.
Pero su consolidado crecimiento en materia económica (junto a Colombia y Perú son los países emergentes que más han crecido en estos últimos años) no es suficiente para paliar las increíbles deficiencias registradas en otros ámbitos, como el cultural o el ámbito social.
A los constantes problemas en la región del Rif o el eterno conflicto en el Sahara Occidental con sus continuas violaciones de los Derechos Humanos, se unen problemas cómo las crisis migratorias, la vulneración de los derechos de la mujer o los constantes conflictos estatales en temas referentes a la libertad de expresión y prensa.
No cabe duda de que, con los retoques de 2011 a la Constitución, convirtieron la monarquía alauita en una de las más liberales del mundo árabe. Pero con el paso del tiempo, el pueblo marroquí se ha dado cuenta de que queda mucho por hacer y es que parece ser que aquella revolución estudiantil del 20-F ha quedado en nada. Las promesas de Mohamed VI se han esfumado y la gente parece resignarse en un estatus que no avanza y cada vez parece más estancado.
Proyecto seleccionado en Descubrimientos Photoespaña 2016
View More MARRUECOS: LA LINEASALARYMAN
Estación de Shinjuku, son las cinco y media de la mañana y amanece en Tokyo. Millones de personas andan con paso firme sin tropezarse con nadie con un solo objetivo: subir dentro del vagón de tren correspondiente para no llegar tarde a la oficina.
Unos de los grandes protagonistas de esta estampa diaria son los salaryman japoneses, ejecutivos (término únicamente masculino, ya que en Japón a las mujeres se les llama Office Ladies) de una empresa, considerados generalmente de bajo rango.
En la década de los 80, la vida del salaryman era una buena aspiración para los jóvenes del país, como en otros lugares del mundo podría serlo convertirse en funcionario: un trabajo estable tras terminar la universidad, generalmente para toda la vida, a cambio de una entrega sin límites a la empresa y una buena relación con sus contactos profesionales para los momentos de ocio.
Sin embargo, todo cambió a raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera a principios de los años 90. La crisis trajo tras de si consecuencias tales como la congelación salarial o el fin del empleo estable y duradero. La sociedad japonesa empezaba a acostumbrarse a tartar nuevos términos como presión laboral, estrés, preocupaciones o ataques de nervios por exceso de trabajo. A todo esto, se sumaban problemas asiduos como el alcoholismo, el agotamiento, o la vida solitaria de estos trabajadores que pasaban los días entre el trabajo, izakayas (tabernas típicas japonesas) o algún prostíbulo escondido de la ciudad. Una situación que en algunos casos terminaba desembocando en lo que se conoce como karoshi, la muerte de los empleados por exceso de trabajo. En 2015, por ejemplo, se registraron más de 900 casos de karoshi en Japón.
En los últimos años, debido al aumento de los casos de Karoshi, ese “exceso de trabajo” se ha convertido en un problema global en Japón. Hoy en día, la clase trabajadora japonesa sigue en lucha por sus derechos y el gobierno se encuentra en plena revisión de las leyes laborales actuales. Una mayor flexibilidad horaria, ayudas para las familias con necesidad de desplazamiento laboral o el control de las horas extras en los trabajos son algunas de las medidas que se están tomando para poder acabar con esta lacra social.
Los cambios en el sistema laboral japonés suceden muy lentos y mientras estas medidas no empiecen a surtir efecto, el salaryman seguirá levantándose a las cinco de la mañana, continuará trabajando una media de once horas diarias, con sus horas extras incluidas y cuando acabe su jornada laboral asistirá con sus compañeros a la izakaya en busca de alcohol y ocio. Después de todo esto y sólo si queda un hueco libre, llegará a casa y podrá ver por primera vez a su mujer y sus hijos.
View More SALARYMAN