Han pasado 42 años desde que las fuerzas españolas se retiraron del Sahara y la marcha verde marroquí ocupara aquellos terrenos. Desde ese momento los saharauis se convirtieron automáticamente en lo que siguen siendo hoy en día: refugiados.
Actualmente en los campos de Tindouf (Argelia), viven alrededor de 180.000 personas.
Una gran parte de esta población la conforman niños (las tasas de natalidad siguen creciendo año tras año) y jóvenes, muchos de ellos pertenecientes a pequeños grupos de activistas por la causa saharaui. El resto de la gente, simplemente “sobrevive”.
A pesar del ambiente de pesimismo generalizado, todos los habitantes de los campamentos no pierden la esperanza y comparten un único deseo: volver a su tierra y dejar de ser, algún día, refugiados en un país que no es el suyo.
En las wilayas de Bojador, Rabuni, Dakhla, Ausserd o Smara se respira una calma tensa, se vive entre el conformismo por una situación que se alarga en el tiempo y la necesidad de resolver este conflicto cuanto antes y de la forma que sea.